domingo, 10 de junio de 2007

De madrugada


Es justo en las madrugadas como ésta que me haces falta, ¡y es que te lo digo!

Me hacías tanta falta que me daban ganas de irte a buscar al escondite en el que te encontraras, a sacarte de la cama de cualquiera o de la tuya, ya da lo mismo, a traerte hasta aquí y observarte justo como lo hago ahora, ¿acaso no se te hace la madrugada una belleza por tanto silencio? A mi me fascina, y tantas y tantas noches he pensado en el sonido de tu voz en el silencio, lo recordaba tan nítidamente en mis oídos, y pues hasta hace unos momentos que has hablado conmigo me doy cuenta que mi memoria no ha hecho de las suyas en nada que tenga que ver contigo, hasta tus ojos, tus ojos tan lindos, verdes como mi humor (mi humor es verde, al menos eso es lo que siento, va de las tonalidades mas claras, como el mar, hasta el tono mas oscuro; hasta convertirse en casi negro)...

Ahora estoy viendo tus ojos fijamente y pues, me doy cuenta que tus ojos son como el verde de una manzana sin madurar, así como tú... Aunque no sé si es la situación que te ha hecho los ojos tan expresivos... aún así, me gustan mucho, es una lástima que no haya podido verlos mucho durante estos últimos meses, no me explico por qué estás tan nervioso, ¡Soy yo! ¡Parece que no me reconoces! ¡Me miras como a una desconocida!. Entiendo que últimamente me he descuidado un poco, que ya no te pareceré tan linda como antes, pero entiende que tu ausencia me está haciendo olvidarme de mi y, pues solo pienso en tu regreso...

¡Escucha el sonido del agua! Eso te calmará, no pasa nada; ¿Recuerdas cuando aquella tarde me pediste ir al río que esta cerca de tu casa? ¡Es el mismo! ¿No lo reconoces? Solo que entonces éramos felices y hasta tomamos fotos, hoy solo varía un poco la ubicación...

Aquella tarde descubriste que podía ser sensible, te hablé de las nubes y de lo insignificante que éramos ante tanta belleza que Dios había creado, que me emocionaba mucho estar allí contigo, ahora también me emociono mucho, vimos el atardecer ¿lo recuerdas? Estábamos sentados cerca de la orilla, y también tenía miedo, me da mucho pánico el agua, no se nadar y pues, tú tampoco, entonces no habría mucho que hacer en caso de que nos resbaláramos, me daba mucho miedo y tu me protegías...ahora mismo no hay atardecer, es de madrugada y faltan muchas horas para que salga el sol, no importa; yo disfruto igualmente tu presencia, ojala tú hicieras lo mismo. Aún no se como te he convencido de que salieras un rato conmigo... pero lo importante es que estamos juntos, y me encanta verte y el poder tocarte me hace tan feliz aunque a ti te cause algo de incomodidad, ¿Te has olvidado de que éramos tan felices? ¿Te has olvidado de que hasta hace unos meses decías que me amabas? ¡Mírame bien!...me encantó estar contigo esta noche, ven; acércate al río, escucha como corre el agua, siento mucho tantas cosas, todo lo nuestro... es una lástima el no poder compartir todo,
es una lástima que jamás te vaya a volver a ver,
siento no poder desamarrarte las manos,
o quitarte la cinta de la boca,
es una lástima q sea de madrugada,
el río tan hondo
y tú,
pues,
no sepas nadar...