Hoy el día fué muy largo. Cosas aquí, juntas allá. Vértigos innecesarios. Es una sensación poco agradable, que te hace sentir vivo. Un simple "hola", una mirada, un susto; el descubrir que vives, o todo lo demás que lo acompaña. Fué. Es aún. No termina.
Seguro que habrá de amanecer, e iniciará nuevamente.Toda una aventura. Es el cuento de nunca acabar hasta que termine. Espero que nunca suceda, quisiera vivir eternamente joven como un vampiro y tenerte a mi lado por siempre, sobre todo por las madrugadas que es cuando más falta me haces. Aunque a veces tenga ganas de patearte por hacerte el digno, me sigues provocando tantas cosas, malas para mucha gente...Inclusive matarte para que te quedes conmigo como no lo pudo hacer el Drácula de Bram Stoker. Nunca te haría daño, lo sabes. El trabajo es monótono y tan agitado como siempre. Me duele la garganta y sin embargo fumé cuatro cigarros, de los cuales por tres me arrepentí. Comí un sandwich insípido y por supuesto bastante caro. Un día CASI cualquiera, si no fuera por tu prescencia tan pequeña en el eterno día con sus veinticuatro horas. Como una estrella fugaz. Rápido e inesperado. Y es que esos pequeños momentos me hacen el día. Me lo haces, quiero que lo sepas. Me encanta recordarte en mis brazos. A veces los toco y con ello me basta para soportar el resto del día porque sé que en algún momento cualquiera que sea, te volveré a tener entre ellos y volverás a derrumbarme y construirme con solo tocarme.
Recuerdo tu mirada sobre mí:
Vértigo,
nuevamente...
