miércoles, 1 de octubre de 2008

11:11



De repente veo el reloj: la misma hora que me hace voltear inconscientemente hacia él. Es una hora rara. Creo que alguna vez pensé o me dijeron que tal vez esa sería la hora de mi muerte... o tal vez la fecha, no lo recuerdo.
No dejo de pensar en ello y me doy cuenta que ese minuto tarda de más. Un minuto antes pasó sin sentir y ese, precisamente ESE minuto dura más. Creo que tiene algo mágico. No puedo dejar de ver el reloj o cuando intento distraerme y dejarlo pasar como si nada, él, a próposito se hace notar haciéndose lento. Hasta la atmósfera alrededor es distinta, tal vez es psicólogico, tal vez son los recuerdos...
Me recuerda, entre otras cosas a la sensacion anterior en un accidente en el que casi pierdo la vida. El tiempo se alargó extraordinariamente y pude recordar y pude ver a las personas y los momentos mas preciados de mi vida.
Me gusta ese minuto.
He aprendido a jugar con él y lo aprovecho para pensar en las cosas que más me gustan, en mis momentos favoritos, puedo alargar ese beso, o prolongar la sensación de un orgasmo, puedo recordar olores, sabores y texturas: el olor del cabello de mi madre, el sabor de una taza de chocolate caliente en una noche de intenso frío o la textura de tu mano en mi cara.
También lo uso para recordar cosas desagradables pero agridulces, en esas ocasiones sólo dedico 3/4 partes de ese minuto en las cosas no tan malas y el resto para las cosas que han sido y serán sólo mías, que nadie puede entender, que nadie excepto yo comprendería. Mi naturaleza. Esas acciones que uno realiza porque asi debe ser.Sin explicación ni razón.Mis errores, mis pecados y mis más viles acciones estan en esos 25 segundos de cada día de mi vida.
Ahora ya se fué mi minuto, han pasado muchos más...
En mi primer minuto del día, intenté buscar una vez más la explicación de por qué mi mirada se dirige al reloj en ese instante cada vez... Y también en tí:

¿Qué harás? ¿En que momento
tus ojos pensarán en mis caricias?
¿Y frente a cuales cosas, de repente,
dejarás, en silencio, una sonrisa?

En el segundo minuto te añoré cómo nunca. Te me hiciste tan lejano. Cómo si tuviera que tardar años para verte, sé que no es así, y la certeza de tu próxima cercanía me hace sonreír. Inevitablemente. Como cada día.
11:46