viernes, 30 de octubre de 2009

Pensamientos de Sierva María de Todos los Angeles


"En la tercera hornacina del altar mayor, del lado del Evangelio allí estaba la noticia.
La lápida saltó en pedazos al primer golpe de la piocha, y una cabellera viva de un color de cobre intenso
se derramó fuera de la cripta. El maestro de obra quiso sacarla completa con la ayuda de sus obreros, y cuanto más tiraban de ella más larga y abundante parecía, hasta que salieron las últimas hebras todavía prendidas a un cráneo de niña..."
Gabriel García Márquez, "Del Amor y Otros Demonios"





Miré el piso y vi mi cabello regado. Trozos de vida que van a la basura.


¿Porqué el cabello sigue creciendo en un cadáver?


¿Acaso es el aire congelado que lo mueve e incita a crecer?


¿Acaso son las manos invisibles de los vivos que lo jalan hacia arriba, para que salgan a platicar?


Decidí que unas manos extrañas me lo cortaran una vez más porque yo no tengo el valor de hacerlo.


No tengo un cabello perfecto y hermoso, pero si uno oloroso a dulces y suave al tacto.


No es largo, pero se desliza entre tus dedos cuando me abrazas.


Me ha cubierto la verguenza un sinnumero de veces y potenciado algún encuentro.

Nunca he tenido el valor de cortarlo por completo,


algún día lo haré con la misma determinación


que tengo para seguir amándote.


Tal vez sea el mismo día en que por fin termine

con el racimo de uvas, tragándolas de dos en dos

por las ansías de que nunca apareces...

viernes, 23 de octubre de 2009

Carta a Chepita

Cd. de México 1947


Ah, si cada vez que pasas pudiera detenerte y platicar contigo. ¡Verte de cerca, escucharte reír! Quiero aprender tu risa como he aprendido ya tu andar y tu mirada. (El conato de tu mirada, pura aproximación a tus ojos, porque jamás me miras.)
Y pasas, y siento que el aire se estremece, y todo yo, inmóvil, soy deseo y angustia y necesidad de ti.
¿Por qué eres tan hermosa? ¿Te acunaron en versos? ¿Leche de flor bebiste? ¿Quién te modeló sobre mi corazón, quién te tatuó sobre mis ojos?
Apareces en mi vida, de repente, como coronando un ideal, como concretando a todas las mujeres que he deseado, y no puedo dejarte ir, ni puedo detenerte. Te llamo, sí, te llamo y no me escuchas. Desde mi corazón te llamo; arrojo mis ojos a tu paso; trato de alcanzarte con mi silencio, inútilmente. Siempre has sido ligera y fugitiva, ajena e imposible.
Pero no puedes dejar de ser mía en ese instante en que pasas. Te poseo con todos mis anhelos, con todos mis sueños, y basta la fugacidad de tu presencia para hacerte mía de mi carne, propiedad de mi alma, habitante de mi dolor y mi esperanza.
Te quiero. Pero te quiero y te deseo; y eres inquietud, dolor, angustia; y muero y nazco todos los días para verte pasar. Y siempre eres la misma, espejismo para mi corazón, distancia y lejanía para mi sed de ti.
No sé hasta dónde me lleve este camino, este difícil camino de tu espera. No sé hasta dónde te persiga mi sangre, hasta dónde se prolongue tu encuentro. Si yo pudiera rogar, te rogaría; si supiera pedir te pediría; te diría que pronto, que vinieses a mí ahora mismo, que te necesito, que esto es urgente, imprescindible. Pero me he acostumbrado a aguardarte en silencio, deseándote, deseándote nomás; y allí en el fondo de mi alma te espero, íntimamente confío en ti, creo en ti –porque creo en mi amor, porque sé que no hay amor baldío–, y estoy como si esperara madurar una fruta, como si esperara que cayese un beso, como si esperara florecer un sueño.
Porque te quiero, linda, porque te quiero, amor. Porque eres distinta a todas las mujeres, en tu cuerpo, en tu andar, en lo que eres para mis ojos, en lo que sugieres a mi corazón. Quisiera estar junto a ti, para decir sobre tu oído: te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, y repetirlo constantemente, infinitamente, hasta que te cansaras tú de oírlo pero no yo de pronunciarlo. ¿Cómo marcártelo en un brazo? ¿Cómo sellártelo en la frente? ¿Cómo grabártelo en el corazón?
Escúchalo otra vez: te quiero. Y déjame soñar contigo indefinidamente… ¡Si supieras cómo ya eres mía hasta mi muerte!
Te esperaré mañana. Siempre te estaré esperando.


Jaime Sabines

jueves, 15 de octubre de 2009

Smell of rain



Devuélveme lo que te he querido.

No he quedado satisfecha.

sábado, 10 de octubre de 2009

Banderas N-C (November-Charlie)




La sensación de deja vú que tuve al abrir el correo fue inmediata y me hizo ver el futuro más próximo: tinieblas.

Cuando uno entra a la zona de confort creyendo que todo va a seguir perfecto de forma parsimoniosa y acompasada nos equivocamos, encontramos una piedra que se mete en el sistema y lo echa todo a perder. O al menos esa es mi perspectiva. También puede suceder que el caos y la tristeza de hoy es la felicidad del mañana.

Sólo me queda esperar.

¿Cómo dejar caer dentro del saco las vestiduras de la identidad?

¿Cómo tirar el amor que creia que teniamos?

¿Cómo llegar a ser lo que nunca fuimos?

¿Cómo perder algo que nunca fué tuyo?

¿Cual es el trasfondo de "no eres tú, soy yo"?

Ojalá todos tuvieramos el valor de aventarnos al ruedo y coger al toro por los cuernos sea cual fueren las consecuencias.

El problema es que a veces quieres conformarte con lo que está frente a tus narices cuando sabes que tu felicidad está en otra parte:

Viviendo anclado en medio del mar,

destrozando el timón,

inflando en el doble fondo del barco

el bote salvavidas.


miércoles, 7 de octubre de 2009

Menos es más



Mis ojos volaron inmediatamente hacia el cielo a mirar a mi favorita.

Y es que así como está te me antojas con café. Por aquello de que el sueño no me venza y tardes más en irte, y así te disfrute más.

Se me antoja besarte y decirte al oído con mi mano en tu cabello que no deseo que te vayas nunca.

Que te quedes conmigo a pasar la noche y después de que amanezca también.

Que no te extrañe tanto que desee aplastarme el corazón con la cabeza.

Que mi colchón está realmente vacío si no estás junto a mi almohada.

Pero he tenido que vivir con eso durante un tiempo.

Me pregunto que pasará el día que no te extrañe... ¿me daré cuenta de tu ausencia prolongada de tus inexistentes llamadas y tus escasos pensamientos hacia mi?

Espero no suceda y jamás deje de seguirte en mis sueños,

deje de celarte y ponerme tiras de cinta en la boca, en las manos y en los ojos,

deje de improvisar y me sorprendas con cara de boba,

deje de aceptar mis culpas y tragarmelas con cuchara y aceite de ricino,

deje de rendirme y luchar contra tí y ante tí.

No permitas que me vaya otra vez,

si me rompo,

cóseme punto a punto con besos y mimos

el corazón descosido.

Menos es más.

He aprendido a extrañarte y a guardar una parte de ti cada vez que te vas.

viernes, 2 de octubre de 2009

Dentro del frasco




Tengo un bloqueo mental enorme las paredes de cristal no dejan salir mis ideas.
Superficialidades, vaguedades e insufribles pensamientos me agobian.
Preocupaciones normales y anormales.
Me siento presionada y liviana, eso deja mas espacio a mis ansiedades para estar quitandome el poco aire que me sobra.
Estoy en mi periodo de bipolaridad permanente.
Me siento sobre la cama me tiro hacia atrás y pienso en millones de cosas sin la menor importancia, las que verdaderamente importan decido no pensarlas, supongo que creo que hay una parte de mi cerebro que tiene las respuestas lógicas de la vida, y confío en él.

Este juego no se trata de eso.

Tengo que concentrarme y sin embargo no sucede.

Creo que ultimamente no he hablado contigo tanto como quisiera y mi piramide de necesidades segun Maslow no termina de subir.

Pienso en las cosas que me dicen y me doy cuenta de que te sientan mejor mis brazos, que cualquier otra cosa que pueda sustituirme...

No quiero sentirme en un frasco.

Quita la tapa y tomame entre tus manos.

Quisiera florecer mirandote a los ojos...