jueves, 27 de agosto de 2009

Dentro




Cuando lo vuelvas a soñar, serás el que soy y tu serás mi sueño

J.L. Borges



Me sorprendio el encuentro de cosas viejas del escritorio de nuestra historia. El bolígrafo de hace tantos años aún con tinta sin secar trae palabras en las que te encuentro sin querer. La certeza de que me ames tal como soy es inminente y me hace amarte aún más.

Recuerdo las notas infraganti y los adióses inevitables, las sorpresas preparadas al amanecer y el colchón que no tenía descanso de nuestros cuerpos.

Las sorpresas no han sido hechas para mi, pero me sorprendes al aparecerte con tu camisa blanca y tus zapatos bonitos, con tus uñas tan imperfectas y esas manos que sólo saben dibujar la ruta de mi camino.

Camino por la carretera del pasado y se me hace tan lejano el destino, imposible, como que estés aquí realmente, creo que te he invocado tanto que has logrado materializarte y me acompañas en mi soledad sin novedades.

Sales del espacio que queda entre mi piel y mis huesos y de vez en cuando me llenas el alma cuando siento que mis ojos se han secado para siempre.



Vivo contigo cada día, y no te extraño jamás porque siempre estás conmigo.

Estás dentro de mí.



Cada palabra que escribo es un sitio para mirarte.