sábado, 18 de octubre de 2008

Desastre



Sin duda la cama sigue siendo la misma, nunca hubiera podido deshacerme de ella. Aunque la misma muerte se hubiera acostado allí.
Ahora que la ventana está abierta y entra la luz del sol todo se mira distinto.
La lluvia de los últimos días no ha dejado tiempo de nada.
No pude salvar nada.
Ni siquiera mi identidad.
Nunca pensé que pudiera suceder este desastre.
Tendré que mudarme.
Definitivamente.
La cama y el viejo piano que nadie tocaba se ha perdido.
Me da un río de nostalgia.
Nadie lo sabrá siempre. O nunca.
Dejé todo allí pensando que era seguro...(nada es seguro jamás);
ahora vuelvo
y
solo encuentro
lodo,
piedras,
cenizas...