domingo, 10 de julio de 2011

Y Susurro...





"Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo".




El lado oscuro del corazón







A menudo sueño con lugares que no conozco. Lugares a los que alguna vez soñamos ir. Me veo caminando a orillas del mar contigo a mi lado, con los pies hundidos en la arena esperando que eso nos detenga para no irnos tan pronto de este mundo y terminar de resolver las cosas que aun no llegan, inventando soluciones para problemas inexistentes. Mi euforia se hace total al despertar y ver que aun estoy aquí, en la misma cama que no es igual a la de mi nacimiento. Al abrir el closet sólo encuentro pedazos de pasado, garras de recuerdos que me visten de esperanza sin cubrir mi pudor, sin cubrir mis huecas entrañas. Te dejé tan rico, me quedé tan pobre al dejarte todo el amor a ti. Al quedarme vacía se acaban las posibilidades de un corazón roto, de lágrimas jodidamente innecesarias. Me visto de madurez para salir a la calle. Me cubro lo niña que puedo ser, quiero negar que sigo siendo quien prefiere ir a mecerse en los columpios contigo, quiero creer que los compromisos familiares son realmente importantes, quiero creer en todo menos en lo que me he convertido, en que estariamos mejor separados, en que soy como un acertijo sin solución aparente, como una madeja de estambre mojado, como un espejo quebrado, con tantos reflejos como para creer que soy una misma persona con una mirada distinta cada vez.


El teléfono enmudece, los colores desaparecen y solos nos quedamos en el mismo lugar, viendonos largamente como si fueramos nuevos, como si las manecillas del reloj no hubieran avanzado. Dirás que tantos años han sido suficiente para reflexionar, pero no me bastan si solo pienso en ti. Todo puede ocurrir. Una caos, la desesperación, pasión, ternura e inclusive muertes chiquitas. Te abrazo diariamente, te olvido siempre. Me pienso sola y recuerdo que siempre te traigo conmigo y es como decía Benedetti: "tengo una soledad tan concurrida, tan llena de nostalgias y de rostros de vos" , y de vez en cuando saco mis ganas, las sacudo y las pongo lindas para la próxima vez que nos encontremos. Mis cabellos negros son como mis deseos de tí, largos y oscuros, miro de reojo a quien se sienta a mi lado solo para verificar que no eres tú quien se me aparece de repente como en otras tantas cosas, no quiero cometer errores garrafales, no quiero sentirme expuesta y vana. Sólo tú sabes que tengo alma porque la dejaste guardada en alguna maceta cual semilla, y he nacido algunas veces. Sólo tú sabes mi aptitud de generar guerras, de traer la paz en un instante, solo tú conoces mi capacidad de volar, sólo tú me haces volar, y de vez en cuando, en las tardes de lluvia con los pulmones llenos de aire fresco y húmedo me atrevo a mandarte besos y le pido al aire que te susurre: que no me devuelvas jamás.