miércoles, 21 de septiembre de 2011

Wet paper

nunca quise que te fueras,
pero fuí la última en saberlo...






Sería bueno convencerte de las ventajas de tenerme
presentarme un día a tu puerta y con un catálogo a color
venderte la idea de un amor compartido, por semanas, para dos
en algún lugar paradisiaco, como puede ser mi habitación.
por la noche siendo sombras nos inventaríamos el uno al otro
y de mañana me vestiría de luz para abrazarte mientras duermes;
me encontrarías como fruta al desayuno
y al resbalar por tu boca el sabor te resultaría familiar;
voltearías a la cama, sintiendo que estoy ahí pero sería tarde
yo ya habría volado al clóset, para esperar a que vistieras
de cal y canto sobre tu cuerpo con mi blanca sombra terciopelo;
sería la envidia del las aguas y los soles,
del viento ocuparía el lugar en tus pulmones,
para que no me olvides
para que no me olvides
sobre tu pecho anidaría cual voz con alas
para volar rompiendo silencios que no existen.



Edel Juárez
Costo/beneficio





Es increíble que sueñe con mar mientras tu respiras aire salado,
que ladee mi cabeza para verte mientras estas ausente,
tener la sensación de tus cabellos entre mis manos,
sentirte tan antes y seas hoy.

He comenzado a perder la esperanza de este amor eterno,
de esta amarga sensación de pertenecerte sin mi permiso,
jugando a vivir a veces te topo por la calle,
escuchando una canción, todo es un río de trivialidades
en el que nadas alejandote de mi, mirando de reojo de repente
me dedico a ver como provocas suspiros
como jadeas en otro cuerpo que no es el mío
llenandote de un agua que no sacia tu sed interminable,
mirando en lo que te transformas
poco a poco,
cambiando tu destino en el que no escribo ya.

Tengo la insipida sensación de haberte perdido,
despertando a oscuras buscando tu cuerpo,
haciendo distancia,
haciendo suspiros,
guardo lo poco que me queda de ti para no gastarte
para no dejar de soñarte de manera sorpresiva,
miro el reloj a la misma hora maldita
y el minuto dura de más al pensarte
y sigo doliendome por ti,
y sigo el camino de miguitas que hiciste alguna vez,
tengo ganas de que existas
tengo ganas de hacerme sobre ti
tengo ganas de tenerte en mis brazos
y deshacerte a golpes con los besos suspendidos hasta hoy,
tengo muchas ganas de que vengas y me arrincones en la calle
detengas mi vida con tus labios al decirme "regresé"...

Imagino tu mirada sonreirme y sonrio para mi
lleno mis dedos de tus ganas conocidas
lleno mi sexo con tu boca
el sudor que escurre sobre mi es de ambos
como no añorarte en estas noches sin nada
como no dejarte mi suspiro en el recuerdo
como detenerme si eres mi ritmo


como dejarte ir si estás junto a mi


si te tengo en mis manos


queriendonos leer


cuando somos papel mojado.

domingo, 10 de julio de 2011

Y Susurro...





"Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo".




El lado oscuro del corazón







A menudo sueño con lugares que no conozco. Lugares a los que alguna vez soñamos ir. Me veo caminando a orillas del mar contigo a mi lado, con los pies hundidos en la arena esperando que eso nos detenga para no irnos tan pronto de este mundo y terminar de resolver las cosas que aun no llegan, inventando soluciones para problemas inexistentes. Mi euforia se hace total al despertar y ver que aun estoy aquí, en la misma cama que no es igual a la de mi nacimiento. Al abrir el closet sólo encuentro pedazos de pasado, garras de recuerdos que me visten de esperanza sin cubrir mi pudor, sin cubrir mis huecas entrañas. Te dejé tan rico, me quedé tan pobre al dejarte todo el amor a ti. Al quedarme vacía se acaban las posibilidades de un corazón roto, de lágrimas jodidamente innecesarias. Me visto de madurez para salir a la calle. Me cubro lo niña que puedo ser, quiero negar que sigo siendo quien prefiere ir a mecerse en los columpios contigo, quiero creer que los compromisos familiares son realmente importantes, quiero creer en todo menos en lo que me he convertido, en que estariamos mejor separados, en que soy como un acertijo sin solución aparente, como una madeja de estambre mojado, como un espejo quebrado, con tantos reflejos como para creer que soy una misma persona con una mirada distinta cada vez.


El teléfono enmudece, los colores desaparecen y solos nos quedamos en el mismo lugar, viendonos largamente como si fueramos nuevos, como si las manecillas del reloj no hubieran avanzado. Dirás que tantos años han sido suficiente para reflexionar, pero no me bastan si solo pienso en ti. Todo puede ocurrir. Una caos, la desesperación, pasión, ternura e inclusive muertes chiquitas. Te abrazo diariamente, te olvido siempre. Me pienso sola y recuerdo que siempre te traigo conmigo y es como decía Benedetti: "tengo una soledad tan concurrida, tan llena de nostalgias y de rostros de vos" , y de vez en cuando saco mis ganas, las sacudo y las pongo lindas para la próxima vez que nos encontremos. Mis cabellos negros son como mis deseos de tí, largos y oscuros, miro de reojo a quien se sienta a mi lado solo para verificar que no eres tú quien se me aparece de repente como en otras tantas cosas, no quiero cometer errores garrafales, no quiero sentirme expuesta y vana. Sólo tú sabes que tengo alma porque la dejaste guardada en alguna maceta cual semilla, y he nacido algunas veces. Sólo tú sabes mi aptitud de generar guerras, de traer la paz en un instante, solo tú conoces mi capacidad de volar, sólo tú me haces volar, y de vez en cuando, en las tardes de lluvia con los pulmones llenos de aire fresco y húmedo me atrevo a mandarte besos y le pido al aire que te susurre: que no me devuelvas jamás.

domingo, 15 de mayo de 2011

Mil nombres



















Lunes, 12 de agosto.

" ...Ella me estaba mirando y de pronto movió los labios para decir dos palabras. Dijo ‘te quiero’. Entonces me di cuenta que era la primera vez que me lo decía, más aún que era la primera vez que lo decía a alguien. Isabel me lo hubiera repetido veinte veces por noche. Para Isabel, repetirlo era como otro beso, era un simple resorte del juego amoroso. Avellaneda en cambio, lo había dicho una vez, la necesaria..."

La Tregua,
Mario Benedetti
.






Parece que te veo llegar.La primera vez que te observé a conciencia. Miré tu andar despreocupado, tan seguro de tus pasos, tan dueño de todo lo que está a tu alrededor y pensé que tener tu atención debía de ser todo un reto, alguien como tú, con la experiencia marcada en los ojos, con tanta juventud en los labios. Tensión. Vértigos. Como los de la primera vez. Esperando tu mirada sobre mi. Deseando tus manos en mis caderas. Me recorrías las ganas una vez sobre otra, sonriendo sin saber que podias romperme, ganarme y perderme mil veces sin yo poner objeción alguna. Pensé "debo tener cuidado" mientras te imaginaba perdiendote en mi sur. En vano. Todo fué en vano. ¿te llamaba principio? ¿te llamaba destino? Te nombré a distancia, te lamía con los ojos a discreción y entonces fué cuando descubrí que ya te conocía. ¿Como no reconocerte desde el inicio si llevabas una piel tan distinta a la mía? ¿como no saber que el aire que yo respiraba tenia ya restos de tus suspiros? ¿como ignorar que tu cincelabas mis jadeos?¿como intentar ponerte un nombre si no hay palabra para ti? Olvidé que sabes leer mi pensamiento y tomaste todo lo que era. Me dejaste a mitad a sabiendas que jamás podré ser la misma.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabes tan objetivamente como yo.
Sin embargo hay algo que quisiera aclararte,
cuando digo todas las parcelas,
no me refiero solo a esto de ahora,
a esto de esperarte y aleluya encontrarte,
y carajo perderte,
y volverte a encontrar,
y ojalá nada mas...

Mucho mas grave


Mario Benedetti




Me sabes y sabes que me tienes al borde del precipicio, rayando la locura, que ya no importa lo que no digas, que los silencios hacia mi pesan que todas las palabras de amor guardadas para alguien ya. Te llamé monotonía y corriste hacia el lado contrario. Vigilo el camino diariamente, sigo el rastro de tu olor, recogiendo la sombra de tus palabras, sigo el camino de cenizas que dejas tras de ti con la leve esperanza de encontrarte sin ser ya pasado, sin ser ya la historia que quise construir. Te llamé certeza. Y tu aroma me envuelve sin querer y sonrío por ello, como un reflejo espero tu abrazo interminable y lo único que me envuelve es un reproche. Te llamé ausencia. Te fumo diariamente, te absorvo y te dejo permanecer en mi.




:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

....Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.
Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.


JulioCortázar





Hacerte el café es como hacerte el amor. Oscuro, caliente y con un ligero sabor dulzón. Te quedas en mi boca y te saboreo sorbo a sorbo. Me descontrolo si no te tomo, si no me dejo en ti. Te dejo entrar y hacerte dueño de mis fuerzas. Habitas mi recuerdo, le susurras a mi ombligo un poema de memoria y con ello vuelves a ganar el poco amor que me dejaste para amar. Me ataste a tus pestañas, a las memorias del futuro que aun no imaginas para admirar desde allí todo lo que quieres mostrarme, hiciste que nacieran de mi los gritos más desgarradores que maté al tocar los labios, me quemaste, me marcaste y yo aun no nacía. Te toqué, me perdí. Te llamé conciencia. Te llamé milagro. Te llamé melancolía. No recuerdo tu nombre, no quiero recordarlo, porque cada vez que te amo, cada vez que te odio me pareces distinto. ¿Qué piel llevas ahora? Jamás podrás ser el mismo, nunca podrás reconocerme. Nunca dejaré de buscarte. No puedes soltarme.




Te llamo Luna



flotando sobre mi,



y nunca me faltas.


sábado, 26 de febrero de 2011

Cuantas nomenclaturas para un mismo desconcierto




...demasiado tarde, siempre,

porque aunque hicieramos tantas veces el amor

la felicidad tenía que ser otra cosa

algo quizá mas triste que esta paz y este placer,

un aire como de unicornio o isla,

una caida interminable en la inmovilidad...

Julio Cortázar (Rayuela)



Legar a la cama con el libro de Cortázar en las manos, esperando poder llegar al capitulo diez es sinónimo de que mis ojos lean y mi nariz solo se concentre en el olor de la mañana húmeda que llenaba mis pulmones al caminar por la calle rumbo al trabajo, y de repente, puedo ver mis pies corriendo sobre los tacones beige, o recuerdo el reflejo de las farolas en las calles empedradas de aquel pueblo en el que vivimos una vida entera, o simplemente siento la felicidad que me embargaba en ese entonces y sonrío.

Es ilógico, pero a veces se me gasta tu imagen, es absurdo también sentir tan de memoria tu olor o ver tus ojos sonriendome y no recordar el porqué, saber que tu timbre de voz me ocasiona vértigo al escucharlo a lo lejos y desconocer los motivos exactos del porqué te amo.

Veo las horas pasar y en ocasiones me dejo vivir. Otras veces me aferro a algo, quieta, esperando la caida libre que de un momento a otro llegará y dejará mi corazón partido en cien mil pedazos distintos.

A menudo juego con mis pies al dormir, acariciandolos con el colchón e intento adormecerme pensando en trivialidades o en el río delante de nosotros. Incluso pienso en aquel café comprado por primera vez en aquella cafeteria tan snob y en que a mi también me hubiera gustado acompañarlo con galletitas, de esas de 10 pesos el kilo, en la lucha constante y los besos insistentes que me hacian temblar otra vez.

Mientras volteo la hoja, me imagino tu vida, siendome ajeno y feliz y te pienso friamente, con tus conversaciones tan sorprendentes, rodeado de gente convencional, viendote como algo importante y raro. Me encanta imaginarte tan superior a lo que te rodea y que seas tan respetado. Tan tu. Tan concentrado en la lectura de tus libros con esas pestañas hundidas entre las páginas.

No sé en que momento se te ocurrió mirarme, y a mi se me ocurrió hablarte de un árbol.

Y la verdad es que no tengo la menor idea en que momento se me antojó tu compañía.

Me pregunto cual hubiera sido el camino si no me hubiera empeñado en besarte aquella tarde (¿qué pasó contigo cuando dejé de besarte?).

Y es entonces cuando me recuerdo llorandote por los pasillos, y comienzo a odiarte no se exactamente porqué. Y la Maga se aparece en la pagina del libro: desnuda escuchando a Hugo Wolf que me recuerda la desnudez cómoda en la que me sumía tantas horas, llenas de esa locura tan poética, escandalosa y liviana. Me doy cuenta que no he podido terminarlo en tanto tiempo porque, pensarnos o leer Rayuela es la misma cosa.

A esas alturas se me comienza a hacer agua el alma y solo un suspiro se me escapa.

Pongo el separador, cierro el libro y me aferro a él dejandolo para luego, mientras tanto, y como no tengo nada mejor que hacer, iré a verte.
Encontrarte repentinamente cerca es abrumador.

Pensar que el libro tiene un final me acobarda....